lunes, 13 de junio de 2011

BOHEMIA - Ismael Enrique Arciniegas

BOHEMIA
   Llegaron mis amigos del colegio,
y absortos vieron mi cadáver frio.
''Pobre'', exclamaron y salieron todos;
ninguno de ellos un adiós me dijo.

   Todos me abandonaron. En silencio
fuí conducido al último recinto;
ninguno dió un suspiro al que partía,
ninguno al cementerio fué conmigo.

   Cerró el sepulturero mi sepulcro;
me quejé, tuve miedo y sentí frio,
y gritar quise en mi cruel angustia,
pero en los labios expiró mi grito.

   El aire me faltaba y luché en vano
por destrozar mi féretro sombrío,
y en tanto... los gusanos devoraban,
cual suntuoso festín, mis miembros rígidos.

   ''¡Oh, mi amor, dije al fin, ¿y me abandonas?''
Pero al llegar su voz a mis oídos
sentí latir el corazón de nuevo,
y volví al triste mundo de los vivos.

   Me alcé y abrí los ojos. ¡Cómo hervían
las copas de licor sobre los libros!
El cuarto daba vueltas, y dichosos
bebían y cantaban mis amigos.
Ismael Enrique Arciniegas

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